El fenómeno Bad Bunny trasciende el idioma: expertos analizan su impacto global

Ciudad de México, 10 de octubre de 2025.– El éxito global de Bad Bunny no se limita a las listas de popularidad ni a su rotación en plataformas de streaming. Lo sorprendente, según expertos en música y comunicación, es cómo el artista puertorriqueño ha logrado emocionar y conectar con audiencias que no hablan español, idioma en el que interpreta todas sus canciones.

Benito Martínez Ocasio, nombre real del cantante, se ha consolidado como una figura central de la música urbana global. Su presencia en festivales internacionales, colaboraciones con artistas de diferentes géneros y su influencia en la cultura pop han roto la barrera del lenguaje. Pero ¿cómo logra transmitir emociones a quienes no entienden sus letras?

De acuerdo con especialistas consultados, la clave está en una combinación de factores: su interpretación vocal, la expresividad corporal en sus videoclips y conciertos, las temáticas universales de sus canciones (como el amor, la pérdida, la fiesta o la identidad), así como un estilo visual que refuerza su mensaje emocional. “La música de Bad Bunny tiene una narrativa no verbal muy poderosa. El tono de su voz y su actitud en escena generan identificación más allá del idioma”, señala Mariana López, investigadora en comunicación musical.

Además, el ritmo y la producción sonora de sus canciones juegan un papel crucial. El reguetón, trap y otros géneros urbanos que fusiona están basados en estructuras rítmicas reconocibles y contagiosas que han ganado terreno en distintas culturas. A esto se suma su autenticidad: Bad Bunny ha sabido mantenerse fiel a sus raíces lingüísticas y culturales, sin traducirse ni adaptarse al inglés, lo que para muchos representa una forma de resistencia cultural.

“La gente puede no entender la letra, pero sí siente la energía. Hay algo visceral en su música que llega directo, y eso no necesita traducción”, explica Carlos Núñez, sociólogo cultural.

En escenarios tan diversos como Berlín, Tokio o Estocolmo, sus conciertos reúnen a miles de fanáticos que corean fragmentos de sus canciones en español, muchas veces sin comprender el significado exacto, pero conectando con la emoción del momento.

Bad Bunny ha redefinido lo que significa el éxito global para un artista latino. Lejos de neutralizar su identidad para llegar a más público, ha hecho justamente lo contrario: ha demostrado que la autenticidad cultural puede tener alcance mundial.

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